El matrimonio cristiano se fortalece en Cristo a través de varios aspectos clave.

La relación matrimonial se basa en el amor de Cristo por la Iglesia, siendo un reflejo de esa unión divina.Las parejas deben aprender a contentarse y confiar en Jesús en toda circunstancia, dependiendo de la fuerza de Dios para enfrentar las dificultades.

La intimidad de la pareja debe manifestarse en diversas dimensiones, incluyendo la espiritual, aprovechando "medios de gracia" como la oración y la lectura de las Escrituras. El sacramento del matrimonio es considerado un don para la santificación y salvación de los esposos, elevando su unión a un signo del amor entre Cristo y la Iglesia.

Se enfatiza que los cónyuges nunca están solos en sus desafíos, pues pueden invocar al Espíritu Santo que ha consagrado su unión. Además, el matrimonio debe basarse en principios bíblicos de sumisión mutua y amor, como se describe en Efesios 5:21-25, 28-30.